La vida es un dar y un recibir. Sin embargo, a veces tenemos la sensación de que sólo damos, nos sacrificamos por los demás, lo damos todo, y no recibimos de vuelta aquello que consideramos debiéramos obtener a cambio y ello ocurre porque damos desde el control y la carencia.
Es ley universal que todo aquello que damos lo recibiremos multiplicado, si bien cuando se generan expectativas es como si le quisiéramos hacer trampa al universo y el universo es sabio y no se deja engañar.
Es cierto que si damos recibiremos, si bien hay que tomar consciencia desde qué lugar damos, si desde la escasez o desde la abundancia. Ahí está la clave.
Si yo doy desde la escasez, con expectativas de regreso, sólo recibiré escasez, porque no es lo que se da sino con qué intención damos.
Por el contrario, si doy desde mi abundancia, desde mi generosidad, con intención de servir y no de obtener, es cuando realmente se produce la magia y se nos devuelve lo dado multiplicado con creces.
Puede tardar más o menos, y puede venir de regreso por una vía o por otra.
Cuando damos de corazón, no sentimos que quien recibe quede en deuda con nosotros. De hecho, el regreso de la energía puede aparecer de otras manos, o en cualquier otra área de nuestra vida.
La energía es sabia y conoce cuál es la mejor forma de volver a nosotros.
1. Da siempre que puedas y hazlo con la intención de servicio, desde el corazón, sin expectativas de compensación.
2. Suelta el control, siéntete abundante y ábrete a ese flujo mágico que es el dar y el recibir.
3. Da desde un sentimiento de abundancia.
4. Confía en el flujo del universo y suelta el control.
5. Agradece por tu abundancia, que te permite dar.
6. Siéntete merecedor de recibir.
Gracias por leer los seis pasos para abrirte a la abundancia que genera el flujo de dar y recibir.
Y tu ¿conectas con el flujo del dar y recibir? Me encantará leerte en comentarios.
Comments