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Foto del escritorMontserrat Jané

REFLEXIONES SOBRE LA VIDA Y LA MUERTE. ESTE INSTANTE PUEDE SER EL ÚLTIMO DE TU VIDA. VÍVELO.




Cuando un amigo se va algo se muere en el alma. Hoy esta frase me penetra profundamente y cobra un significado muy especial para mí. Dijiste que al final no quedaríamos… tu alma ya lo sabía.


Si, la muerte forma parte de la vida y sabemos que la vida continúa, pero es cuando tienes que transitar un duelo, cuando la muerte se hace presente por haber tocado a un ser querido, cuando tomas más consciencia de lo efímera que es la vida, de que todo es cambio, de que nada permanece estático y de que en este momento puedes tener todo en la palma de tu mano y en un instante desaparecer.


En esos dolorosos momentos en que se va alguien que te importa, deseas con toda el alma que encuentre su camino hacia la eternidad, que su vida haya sido provechosa y que haya logrado los objetivos que su alma vino a alcanzar en esta experiencia terrenal.


Porque cuando tienes la certeza de que no vivimos sólo una vida, sino que vamos repitiendo vida tras vida, adoptando diversos personajes, como si nuestro cuerpo fuera un disfraz en el que nos introducimos, en un camino hacia nuestra evolución del alma para nuestro regreso a la Fuente, el Espíritu que nos engloba a todos, podemos mirar a la muerte de un modo más amable, con más aceptación.


El dolor por la marcha de nuestros seres queridos es inevitable, porque deseamos que estén a nuestro lado, en esta experiencia magnífica que es la vida, pero cuando comprendemos que cada uno de nosotros ha trazado su plan de alma para experimentarse y que de hecho, elegimos desde otra dimensión más elevada nuestra fecha de partida, el duelo por la pérdida se hace algo más llevadero de transitar y agradecemos los buenos momentos compartidos.


Cuando tomamos consciencia que nuestros seres amados, al partir, se encuentran en un estado luminoso y pleno, rebosante de amor, al que sólo se accede al trascender y que ellos desean que nosotros transitemos el duelo de la mejor manera posible, ello nos proporciona consuelo y nos facilita que esa emoción dolorosa nos penetre y paso a paso se vaya convirtiendo en aceptación, con la consiguiente rendición, para dejarnos sentir esa emoción durante el tiempo necesario, hasta que paso a paso, el proceso de duelo haga su curso y que cuando ya no tengamos más lágrimas para llorar se termine y transmute en un viaje hacia nuestro Ser interno, en que volvamos a recuperar la alegría de vivir , por nosotros y por nuestros seres amados , los que todavía nos acompañan en esta experiencia vital.


Por ellos y por nosotros nos hemos de permitir volver a sentirnos en paz, atesorando los momentos compartidos con esos seres queridos que nos han dejado y que permanecerán con nosotros mientras los tengamos en nuestro recuerdo.


Por ello, te sugiero que te plantees como estás viviendo tu vida, para que cuanto llegue el momento de partir, puedas hacerlo desde la tranquilidad de haberla aprovechado al máximo, viviendo conforme a tu esencia y permitiéndote las experiencias que necesita tu alma para su propia evolución y realización.


Genera momentos de amor porque eso es lo que te vas a llevar y también lo que vas a dejar atesorado en el recuerdo de tus seres queridos.


Y sí, algo se muere en el alma cuando un amigo se va.

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1 comentario


Deba Debahuti
Deba Debahuti
01 sept 2022

Precioso y tan emotivo!!! Tan real!!! Y por supuesto algo se nos muere en el alma cuando un ser querido nos deja para volver a casa!!! Pero nos deja todo esos momentos maravillosos que quedan por siempre en nuestra alma.

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