¿Eres de esas personas que necesitan tener todo controlado y organizado? ¿Te desesperas cuando las cosas se descolocan y no salen como tu habías previsto o planificado?
Sabe que puedes aprender a dejar que las cosas sucedan y fluir con las circunstancias que se presenten, y ,entonces, es cuando aparece la magia.
Nosotros no tenemos ni idea de cuál es nuestra mejor opción, pero cuando lo entregas, te relajas y dejas de querer controlar el cómo , el dónde y el cuándo, todo se coloca y se vuelve fácil, y empiezan a manifestarse los “milagros”, porque realmente así lo parecen; todo encaja sin esfuerzo y una cosa lleva a la otra.
Cuando eres capaz de soltar el control y dejar a un lado la mente para guiarte por tu corazón, y estás atento a las señales, la vida se hace más dulce y ganas en tranquilidad, calma y confianza; y cuando lo experimentas y ves que funciona, empiezas a creer y crear y conectarte con el flujo.
Se trata, como todo en la vida, de experimentarlo e incorporarlo a tu rutina. Es un milagro darse cuenta de nuestra infinita capacidad creadora y de atrevernos a ponerla en práctica. Cuando lo hacemos, observamos que los obstáculos se apartan y todo fluye como debe, y si de repente aparecen, la energía se abre paso por el mejor lugar, y da un rodeo para llegar allí donde se dirige. Entonces tomamos consciencia de que estamos siendo sostenidos y apoyados.
Miramos a nuestro alrededor y nos fijamos en otras personas y otras circunstancias, sin darnos cuenta que todos y cada uno de nosotros tenemos las nuestras, que cada vida es distinta y por tanto no debiéramos compararnos con nadie, sino aprender a dejar que el camino se nos muestre y seguir nuestra propia ruta vital, asumiendo que es perfecta y somos responsables de transitarla de la mejor manera posible.
Nos creamos falsas expectativas de cómo debieran ser los hechos y no nos percatamos de que con ello les estamos poniendo límites, que los estamos encajonando, igual que a nuestro genio, que no puede manifestar su mayor expresión, porque generalmente no podemos ni atisbar lo que el destino nos tiene preparado, y por tanto no podemos compararnos con nadie porque somos únicos en nuestra individualidad.
Cuando aprendes que no hay una meta a la que llegar, más que a encontrarte contigo mismo, y que todo es perfecto como es, puedes relajarte y dejar que se te muestre cada paso en el camino, que la vida suceda como debe, para así permitir aflorar tu genio y creatividad, que nunca van a mostrarse desde el control.
El ego es quien necesita control , pero es desde la rendición a lo que es , con plena aceptación del momento, desde donde nuestra intuición puede aflorar
Aprende a fluir y soltar el control en 7 pasos:
1- Relájate y disfruta tu tranquilidad y calma, mereces ese espacio de relax.
2- Deja que las cosas sucedan y acomódate a ellas.
3- Estate atento a las señales y mensajes externos, que te señalarán el camino.
4-Confía en tu intuición y sigue los deseos de tu corazón.
5 Deja el cómo, el cuándo y el dónde en manos del Universo.
6- Ríndete a lo que es.
7- Disfruta el trayecto.
Y tú, ¿dejas que las cosas sucedan y fluyes con ellas? Te leo en comentarios.
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