El momento de la muerte es sagrado para todas las personas, igual que lo es el momento de nacer. Como nacimos nos vamos, sin nada material, solo con nuestro bagaje espiritual.
El momento sagrado del nacimiento produce mucho gozo en las personas que están a su lado, preparadas para recibir a ese nuevo Ser que se ha gestado y al que han amado a lo largo de esos meses de embarazo y saben lo que tienen que hacer para que el acontecimiento se desenvuelva de la mejor manera posible y que ese bebé se sienta acogido, arropado y amado.
Por el contrario, el momento sagrado de la muerte nos crea más incertidumbre y ansiedad, porque en nuestra cultura no se nos ha educado para honrar la muerte, nos cuesta hablar de ella y la vemos como algo que no nos va a suceder, nos evadimos como si no existiera , aunque sabemos con certeza que existe y que llegará.
Tampoco se nos enseña qué debemos hacer para acompañar a nuestros seres queridos cuando vislumbramos que llega ese momento trágico , ya que a veces nosotros mismos no aceptamos el desenlace, y con ello dificultamos la partida o la hacemos más difícil para ese Ser que ya sabe, porque el alma sabe, que tiene que abandonar este plano y se prepara para ello.
Cuando te halles en ese trance, déjate llevar por tu intuición , ella te guiará, no tienes que hacer nada especial, simplemente estar presente y acompañar desde el amor.
Aunque ese Ser esté inconsciente, tu presencia a su lado es muy importante, porque la va a percibir, incluso en el momento de la partida. El espíritu tiene esa capacidad, así lo han manifestado muchos testimonios de personas que han pasado por ese trance y han regresado, porque aun no era su momento, y todas coinciden en que eran plenamente conscientes de lo que ocurría a su alrededor.
Así que si tienes la fortuna de acompañar a un Ser querido en ese momento sagrado simplemente debes escuchar y acompañar. Procura estar en equilibro y serenidad, con ello también facilitarás que pueda estarlo él y pueda aceptar el desenlace.
Transmítele tu amor y gratitud por todo lo vivido y compartido y respeta sus silencios si no necesita hablar.
Respeta sus decisiones, tanto las comunicadas antes del trance como en esos momentos en que estás a su lado para apoyarle y servirle.
Aunque esté inconsciente, puedes tomarle de la mano, con ello le das tu soporte y le transmites que estás ahí para lo que necesite. Si está consciente con mayor motivo, pues sabrá que estás a su lado.
Ayúdale a recordar los logros que ha tenido en su vida, sus cualidades positivas y el amor que tiene a su alrededor. Ello facilitará su aceptación y su partida con un sentimiento de autorealización.
Recuérdale que estás ahí para ayudarle y acompañarle en sus necesidades y pregúntale cuáles son , si hay algo que le preocupa, si le duele algo, para ver si le podemos aliviar, si hay alguien a quien desea ver antes de partir, quien desea que esté a su lado etc.
Dale permiso para irse aunque te duela, dile que sus seres queridos van a estar bien y que entienden su partida, con ello la facilitas, porque cuando ha llegado el momento es absurdo resistirse y querer evitarlo. Evidentemente, me refiero a cuando a nivel médico se ha hecho todo lo posible y ya no hay solución, entonces no queda más que la aceptación
También podemos dar alivio espiritual según las creencias de la persona, simplemente orando o meditando, o permaneciendo en silencio y pidiendo ayuda a los seres espirituales para que la transición sea más dulce y más fácil.
También podemos recoger su voluntad respecto a lo que desee una vez se haya producido el desenlace.
Con ello ayudaremos a que su alma pueda irse en paz y a pesar del dolor que podamos sentir por la partida de nuestro Ser querido, también nuestra alma se sentirá en paz y con la satisfacción de haber sido de utilidad en ese trance sumamente sagrado.
Y tu, ¿has vivido una experiencia de acompañamiento a la muerte? ¿Te dio paz?
Me encantará leerte en comentarios.
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